Recibiendo la tarde con taza de café en mano. Buscando la manera de calentar mi tan helado cuerpo. Puedo decir que tuve una jornada tranquila pero por motivos naturales de la anatomía humana ¡me ha llegado la colorá! Esa que al menos a mí, me visita sin fallar cada mes. Anyways, a lo que vinimos. Me senté con la idea de redactar y compartirles una nota que nada que ver con la que estoy escribiendo pero bueno. 

Siento que a diario me encuentro drenada con tantas cosas por hacer y tantas responsabilidades. Desde el segundo en que abro mis ojos automáticamente la ansiedad se apodera de mí. Es como una correlación, abro mis ojos y mi mente se ahoga en la oscuridad. Son tantas las responsabilidades que habitan en mí y tan pocas las energías necesarias para completar cada actividad/responsabilidad que me dreno. Pero no debería de ser así, ¿por qué sentirme drenada si somos un equipo?. Necesito que despiertes, que nos brindemos la ayuda, que nos cubramos el uno hacia el otro, etc. El mundo no tiene ni idea de mis batallas diarias, y eso está bien. Lo que me destroza saber es que seas la persona con la que comparto los espacios más íntimos y ni siquiera tienes idea de lo que ocurre o no lo quieras ver.